Flamenco americano
Flamenco americano
El flamenco americano se encuentra en las Antillas, Yucatán y a lo largo de las Islas Galápagos. La mayor cantidad de ellos están en todo el Caribe, es por eso que comúnmente se conocen como flamencos del Caribe. Prefieren las zonas de alta concentración de sal, motivo por el que a menudo se encuentran en el interior de pequeños lagos y marismas. Por su propia naturaleza, esta es la única especie que se encuentran en América del Norte.
Esta especie de flamenco tiene el cuerpo más delgado que muchos otras. Las plumas son de un color rosa brillante y negro.
Interactúan entre sí mediante sonidos similares a los de la gallina y es uno de los tipos más conocidos en el mundo, es por eso que es el que más imitan en los adornos de plástico o jardín.
La dieta del flamenco americano consta de algas y una variedad de crustáceos. En ocasiones, comen una variedad de plantas que se encuentran en el agua debido al alto contenido nutricional que proporcionan. Tienden a encontrar mucho para comer puesto que esto influye fuertemente en su capacidad de aparearse. Necesitan de la lluvia y de alimentos suficiente para hacerlo, razón por la que la temporada de reproducción varía de un año a otro.
Los flamencos americanos son bien conocidos por los diversos comportamientos que hacen en la colonia como actividades de acicalamiento, marchas y otras que son un símbolo de sintonía entre ellos.
Aunque por lo general no los verá mucho nadando o volando, son muy buenos en ambas cosas. Tienden a consumir alimentos en los bordes de aguas poco profundas, aunque sus largas patas les permiten ir a más profundidad si fuera necesario. Como esta especie vive en regiones cálidas, no vuelan para emigrar, solo con el fin de encontrar suficiente comida.
El promedio de vida de un flamenco americano en estado silvestre es de 40 años. Pueden vivir unos 60 años en cautiverio. Uno de los mejores lugares del mundo para verlos en cautiverio es el zoológico de Honolulu. Gracias a la dieta que consumen allí, tienen un color rosa tan bonito que le dejará sin aliento.
Hay diversos grupos de conservación que mantienen una estrecha vigilancia sobre el número de esta especie en los Estados Unidos para evitar que su número descienda como ocurrió en 1956, fecha en la que sólo había 22.000 de ellos. Hoy en día ese número se ha triplicado, pero muchos aún temen por su futuro, pues los seres humanos tienen a hacer un uso irracional sobre su entorno y esto provoca una falta de alimentos que puede provocar sus muertes y disminuir las nuevas crías.
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